EN BUSCA DEL LUGAR FELIZ

Cuando nos convertimos en pacientes nuestro interior se transforma, y puede que nuestra adaptación a esta nueva situación vital, no logre alcanzar el equilibrio para conseguir un estado interior adecuado para afrontar la transformación de nuestra vida.

Existe una CREENCIA JAPONESA en la que se piensa que existen lugares en los que uno siempre se encuentra bien, son los «power spots», lugares que transfieren al que los visita una energía especial, un poder espiritual que emerge para darnos la fuerza y tranquilidad de espiritu necesarios. El feng shui los señala como lugares en los que emana una energía que deriva de la propia naturaleza.

Todos nosotros podemos crear esos lugares de energia.

Sitios a lo que asociamos FELICIDAD, una felicidad propia e intrasferible que no conecta con nuestro verdadero ser.

Debemos empezar a buscar esos lugares dentro de nosotros, siendo conscientes de que al entrar en ellos habremos logrado el inicio de un camino qeu puede ser llenado con momentos de felicidad.

La busqueda comienza, por lo tanto en el interior de nosotros mismos.

Daré el ejemplo de mi propia experiencia.

Existe un lugar, no muy lejos de mi casa, rodeado de montallas al que suelo ir cuando quiero buscar ese halo de felicidad necesario en cada momento de nuestras vidas. Cuando no estoy en él, puedo sentir su energía solamente cerrando los ojos y buscando la energía de ese lugar.

Acompáñeme en este pequeño viaje hacia el lugar donde habita la felicidad.

Sientese en un lugar tranquilo, comodamente sin sentir puntos de presión, con las espalda recta apoyada en el respaldo de la silla y sus manos entrelazadas descansando sobre sus rodillas. y comience a centrar su mente en la respiración.

EL EJERCICIO DE RESPIRAR, es un ejercicio básico de mindfulness, sin embargo, es una potente herramienta para hacernos VIVIR EL PRESENTE, en este momento no existe el pasado ni el futuro.

Seamos conscientes de nuestro presente, del AHORA.

Presentación1

SI SE SIENTE MÁS CÓMODO PUEDE CERRAR LOS OJOS

Comience a centrarse en su respiración, con ello la hace consciente.

Sienta el aire circular por sus vías respiratorias, como entra por la nariz; note su temperatura, ¿es frío?, ¿cálido? ¿Siente alguna sensación especial?

Sienta el aire circular por su larínge y llegar hasta susu pulmones.

Note como se expande el tórax.

No intente controlarla solamente deje que se produzca, no la modifique.

Finalmente sienta como el aire hace el trayecto inverso, sienta todo su recorrido.

Una y otra vez, una y otra vez.

PODEMOS ALARGAR EL EJERCICIO DE RESPIRAR TANTO COMO QUERAMOS.

Al principio, como culaquier ejercicio, nos costará no pensar en nada, es normal, nuestra mente esta diseñada para hacerlo, sin embargo, muchos de esos pensamientos no nos dejan participar del presente y nos atrapan en una tupida red. Para liberarnos de ellos, debemos ser conscentes de su presencia, dejarlos pasar y centrarnos de nuevo en nuestra respiración.

Cada vez que somos conscientes de un pensamiento realizamos el mismo proceso y seguimos con nuestro ejercicio de respiración.

A partir de la respiración podemos acceder a nuestro lugar feliz.

Imaginemos que nos encontramos en la montaña.

Vemos a lo lejos, tras un tupido bosque, un pequeño pico que intuimos rodeado de montañas y de un cielo azul surcado por nubes algodonosas, que hacen empequeñecer el paisaje. Observamos sus formas, su color, la textura de su superficie…

NOS MARCAMOS UN OBJETIVO, ASCENDER A SU CIMA.

Aunque intuimos que el camino será duro estamos convenidos de recorrerlo. Comenzamos a caminar.

A pesar de que vamos avanzando y ganando terreno a la montaña, el pico por un momento nos parece más lejano. Y en frente de nosostros, el bosque parece innaccesible.

Avanzamos lentamente, siendo conscientes de todo lo que nos rodea: los árboles, el frescor de la pradera, el silencio de la montaña, roto de vez en cuando por el sonido de algún animal.

Nos centramos en nuestro caminar y nuestra respiración, rítmica y constante.

En el interior del bosque la pendiente se hace pronunciada, y a duras penas podemos ver el camino, cubierto de maleza y de troncos caídos. Y a pesar de todo seguimos avanzando.

Sin embargo, cuando creemos alcanzar el final del bosque, solo divisamos una espesa cortina blanca. un duro camino nos espera…

Dejamos atrás la primera colina, ha sido duro… lo hemos conseguido. Sin embargo, nos espera más camino por recorrer que exigirá un esfuerzo superior. El peqeulño pico comienza a cobrar su verdadera dimensión.

Seguimos centrando nuestra consciencia en la respiración..

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Nuestro esfuerzo comienza a dar frutos. La cima, nuestro objetivo se acerca. Intuimos su cumbre pelada, cubierta de un manto verde, salpicada de algún pequeño árbol. Bajo un cielo poblado de nubes, que dejan algún resquicio de luz.

Al final nuestro esfuerzo tendrá su recompensa

DESDE LA CIMA TODO SE VE DISTINTO.

El aire llena tus pulmones, y aunque te sientes cansado, estás satisfecho de haberlo conseguido. Rodeado de montañas puedes sentir la fuerza que te rodea. Por debajo lo valles, distantes. Arriba las montañas y un cielo que no parece tan lejano.